Información sobre la DESINFORMACIÓN (Cartilla)




De la información se habla recurrentemente, y de ella se dice que es necesaria para el desarrollo de las sociedades contemporáneas. Nos encontramos, incluso, en la “Era de la información y del conocimiento”, según señalan algunos teóricos. Compartir información es hoy una práctica cotidiana que se da, incluso, a nivel global: podemos recibir y compartir información de forma masiva (vía página web, blogs o por redes sociales como facebook y twiter) o persona a persona (vía correo electrónico o las mismas redes sociales que son multifuncionales).

Siendo esta la sociedad de la información, los medios masivos se han convertido en instituciones fundamentales a la hora de definir, construir y circular los contenidos informativos sobre los cuáles muchos de nosotros, ciudadanos de a pie, tomamos decisiones en el día a día, frente a temas tan importantes como la economía casera, la política nacional que nos define la vida en aspectos como el sistema de salud que atiende nuestros dolores, sobre la manera como se deben invertir los recursos para el “fortalecimiento” de sectores claves para el desarrollo nacional como la agricultura (recuerden el caso de Agro Ingreso Seguro – AIS- y lo que algunos medios hegemónicos –léase RCN, Caracol. City TV, El Tiempo-  casi no nos dicen…), o en lo que se refiere a la seguridad (desde los medios masivos de información se definen, por ejemplo, a los ‘enemigos de la sociedad’, así los mayores enemigos sean ellos mismos).

Extrañamente los medios masivos de información, a pesar de ser actores claves en el funcionamiento de esta sociedad hipermediatizada (y, por esta vía, hipervigilada, hipercontrolada e hipercastigada), no están interesados en informar a la ciudadanía, por lo menos en lo que se refiere a las cosas importantes. Hoy la información que nos llega está, además de fragmentada, incompleta, banalizada y espectacularizada. Hoy, más que información, se debe hablar de manipulación mediática, de DESINFORMACIÓN.

Esta información corresponde hoy más a intereses de los grandes comerciantes planetarios (dueños de inmensas corporaciones, algunas de ellas con más dinero que muchos Estados pobres del mundo) que a las necesidades de la ciudadanía, y se puso al servicio del proyecto neoliberal que todo lo vuelve mercancía, hasta eso intangible que llamamos información.

Dijo al respecto Ryszard Kapuscinski, el gran periodista polaco, que a partir de la “segunda mitad del siglo XX, tras el fin de la Guerra Fría, con la revolución de la electrónica y de la comunicación, el mundo de los negocios descubre de repente que la verdad no es importante, y que ni siquiera la lucha política es importante (para el periodismo): lo importante, en la información, es el espectáculo. Y una vez que hemos creado ‘información-espectáculo’, podemos (pueden los negociantes) vender esa información en cualquier parte. Cuanto más espectacular es la información, más dinero podemos ganar con ella.”

Pensando, entonces, en un aporte al debate sobre la desinformación, la Comisión de Comunicación y Cultura del Cabildo abierto de Bogotá, el Colectivo CTC y Proyecto CEIS ha preparado para compartir una corta cartilla: “Información sobre la DESINFORMACIÓN (VER AQUÍ)”, intentando con ella clarificar algunos aspectos propios de la desinformación: sus métodos, sus estrategias, nociones relacionadas y algunos ejemplos de cómo se nos aplica en Colombia.




No hay comentarios: