EDICIÓN No. 5 - Revista Punto de Divergencia


Revista Punto de Divergencia No. 5
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EN ESTA EDICIÓN:

4. EDITORIAL
El fin no justifica los medios
5. ANÁLISIS
Masacre de la hacienda El Nilo y asesinato del comunero Edwin Legarda. Análisis y enfoque de la noticia.
14. MEMORIA
Sergio Amaya Barrios: las memorias del costal
Reflexión a tres voces.
21. CRÓNICA
Natalie: la corta historia de una puta.
25. CRÓNICA
Carreteando por la vida.
30. OPINIÓN
Democracia: ¿obedecer o conocer?
32. CRÍTICA
De la desinformación a la contrainformación.
37. FOTOREPORTAJE
La Fiesta del Socán en el Templo del sol en Sogamoso.
Creatividad en la re-invención del pasado muisca.
42. ANÁLISIS
Acumulación de capital y apropiación de tierra en Colombia:
Del frente nacional (1958-1974) a hoy.
52. ANÁLISIS
Educación superior para pobres.
56. CRÓNICA
Mientras la casa se quemaba, ellos intentaban saquearla.
59. POESÍA
Juan Pablo Campos, poeta invitado.
60. INVITADO
El entierro de la Constitución de 1991.
62. HOMENAJE
Mario Benedetti.

Revista Punto de Divergencia No. 5

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado Henry, expertos en temas jurídicos no somos, aunque procuramos entender algunas cuestiones que nos permitan entender qué carajos pasa con la justicia y las leyes en este país. De periodismo sabemos algunas cosas que apenas nos permiten publicar una revista virtual y uno que otro documentalcillo en video donde consultamos la voz de alguna gente que difícilmente saldría en esos espacios mediáticos donde sí saben hacer eso que se llama periodismo… Si se trata de definiciones, en principio ninguna de las que nos propone nos satisface; en realidad preferiríamos que a lo que hacemos se le llamara “anti periodismo”.

Por supuesto la definición no es nuestra, es de un señor austriaco que a principios del siglo XX editaba una revista que tenía el revelador nombre de La Antorcha. Se llamaba Karl Kraus y se me antoja de joven muy parecido en su estampa a Franz Kafka. Él decía hace poco menos de cien años que: “No tener una idea y poder expresarla: eso hace el periodista”. Y continuaba: “La prensa no sólo se arroga la pretensión de que sus noticias sobre los acontecimientos son los verdaderos acontecimientos, sino que concreta esa siniestra identidad, gracias a la cual se tiene la sensación de que se informa sobre los hechos antes de que estos se lleven a cabo, y a menudo hace concreta la posibilidad –o en todo caso, las circunstancias– de que los corresponsales de guerra no puedan ser espectadores, por supuesto, pero los combatientes se vuelvan corresponsales. En este sentido, acepto gustosamente que me acusen de haber sobrevalorado la prensa toda mi vida. No es un servidor (¿cómo podría un servidor exigir y obtener tanto?): es el acontecimiento. El instrumento se nos ha ido de las manos. Hemos puesto por las nubes al hombre que tiene que informar sobre el calor del fuego y que bien podría desempeñar el papel más subsidiario en el Estado, lo hemos puesto por encima del incendio y de la vivienda, del hecho y de nuestra fantasía.” (Karl Kraus, "En esta gran época". 1914) Si nos preguntan, entonces, cómo nos definimos, nos gustaría ser eso: Antiperiodistas, de esos que hacen lo contrario a lo que se ha venido instituyendo por parte de los medios hegemónicos para el oficio.

En lo que respecta al tema de la editorial, y rogando tener en cuenta lo anterior, ahora nos vamos con par de frases del filósofo y periodista colombiano Julio Sánchez Cristo, emitidas en su prestigioso espacio informativo de La W: “Las autoridades de nuestro país han condenado al coronel (r) Plazas a muchos años de cárcel por el tema de las desapariciones en el caso del Palacio de Justicia… Ahora viene un cuestionamiento sobre un testigo, un señor Villamizar, y esa es nuestra siguiente historia…” (Escuchar en: http://www.wradio.com.co/oir.aspx?id=1492067)

Dos cosas para resaltar en este caso, como lo expresan los subrayados en el texto anterior: el señor coronel Plazas Vega y el general (r) Arias Cabrales junto con otros militares que dirigieron la retoma del Palacio están CONDENADOS EN DERECHO por la justicia (a muchos años de cárcel, dice Sánchez Cristo. 30 y 35 años, respectivamente, dice la justicia). Eso es un hecho.

Lo otro es que aparecen “cuestionamientos” que, en sí mismos, no constituyen material probatorio. A la fecha esos “cuestionamientos” no han desmontado el proceso. Cuándo lo hagan, es decir, cuando el chisme deje de serlo, la justicia actuará en derecho (a favor o en contra). Por lo pronto, y como se señala en la editorial que seguimos reivindicando: “que los culpables de crímenes de lesa humanidad respondan por sus actos ante la justicia, y ojalá nunca olvidemos la historia.”

Abrazos.

AFO - PC